jueves, 25 de junio de 2009

ARTE Y PENSAMIENTO
DESMATERIALIZACIÓN
(Segunda parte de 5)
ERNESTO RIOS ROCHA
Inicia la desmaterialización de todos ellos. Ando siguiéndolos. Estoy oculto y me descubro. Mi auto se acabó, mi casa se derrumbó y mi cuerpo envejeció, y en ese momento salí de aquellas tres materiales de mi mundo, y me fui desnudo a escuchar a los personajes que se estaban desmaterializando.
“Ojos de la superficie carnal que buscan y no ven, y no encuentran. Detrás de éstos hay otros ojos cerrados aún, pero al abrirse verán al creador.”
“Estos ojos están dentro, y el creador está dentro de ellos, cúmulo de entendimientos es éste.”
“Ojos espirituales que no ven imagen, sabiduría están viendo.”
Los ojos carnales solo estorban, perturban y materializan.
Me confundí. Hice muchas preguntas. Lloré, grité, sufrí y en esa oscuridad empezaron a brotar las respuestas con luz propia y poder.
Ya era hora de abandonar el mundo y reflexioné sobre mi pareja, mis actos, mi mundo, la libertad, la manipulación, la infidelidad.
“No te adueñes de nadie, ni pienses que el amor es una jaula; espera que su corazón y su voluntad propicien su regreso.”
No puedes obligar a que su corazón haga lo que no siente. Pero hay algo muy cierto, que si lo aprisionas se liberará, y si lo sueltas te amará. Porque pocos saben que el respeto a la libertad es amor, y que la manipulación es una agresión. Sólo a los niños se les priva de una completa libertad por el cuidado a su inocencia. ¿Quieres pues que te ame? Conquístalo, ámalo. La fidelidad se gana, no se exige.
No soy infiel ante el amor, ni puedo serle fiel a la agresión. Si puedo a la verdad, no puedo a la venganza.
No puedo ser infiel ante el cariño, la bendición, la ternura, la sonrisa; pero no puedo respetar la falta de respeto, ni tenerle amor a la inconsciencia, a la manipulación, a la ironía, a la indiferencia.
No es venganza, solo ignoro la ignorancia, me postro ante la inteligencia, busco la luz y abandono la oscuridad.
Si vives en la oscuridad y oscureces a los demás, no esperes que alumbren tu camino. Si moras en el egoísmo y exiges respeto de los demás, no esperes recibir amor.
El error más grande es no ser feliz, es no sonreír. Entiende que la amargura te deja un conocimiento.
Por la inocencia de sonríe, por la ignorancia se sufre, pero la sabiduría es el jugo del sufrimiento, y la felicidad es el resultado de la sabiduría.
Aquel que no da amor a quien se lo exige, ya está perdonado; y quien se niegue a sentir amor está condenado.”
Pero, volví en sí, al mundo. Los ví revueltos, los pacifistas y los guerrilleros. Desmaterializados. Y yo apenas tratando de unir mis partículas de experiencias para formar mi ser, y poder mezclarme con ellos.
Cristo se acercó y disipó mis dudas de porqué el bautista murió sin cabeza. Me dijo que solo venía a prepararlo y debía irse. Una misión muy corta.
Los demás le hacían reverencia, menos Confucio que estaba detrás de él, como 500 años detrás, y ya pensaba como él.
Gandhi estaba inmóvil, flaco y golpeado con semblante de triunfador derritiendo armas. Todos ellos, los pacifistas estaban vestidos de blanco. Los guerrilleros de gris y el anticristo de negro.
Pasaron la película de mi primera parte. Era yo el actor. Vean al hipócrita. El uso de la actuación y el chantaje, para conseguir mis propósitos. Volteé la frente y puse un rostro altivo, fuerte y serio para que vean la importante postura ante la vida.
Pero volteé a la izquierda y puse un rostro triste y sacrificado para que esta gente se apiade y me facilite lo que deseo. Y volteé a la derecha y mi cara fue alegre, sonriente, feliz, por la necesidad de dar esa apariencia. Pero la real cara y ser, la tuve escondida por conveniencia. Mi actuación fue profesional. Pero Mahoma me gritó: muéstrate como realmente eres y entiende que la sinceridad conduce a la sabiduría.
Siguieron revueltos, entendiéndose sin entender, ésas eran sus miradas. Esperaban la presencia del creador como les avisó Ezequiel y el ángel consejero.
Quetzalcóatl estaba a lo lejos. Napoleón y Hitler estaban en el mismo asiento y la cruz de Jesús a 1700 años. Después el Che destilando bondad y coraje a la vez. El anticristo estaba cerca de donde aterriza el creador. Ahí resaltaba su vestido negro en la brillante pista. Pero cuando bajó el aparato intenso en luz el anticristo huyó. El cobarde hijo revelado. Y los demás rebeldes vestidos de gris en la confusión. Los guerrilleros.
Nadie supo del anticristo, pero todos vimos descender la luz.
“Desastres naturales, agonía de la tierra, pisoteada por mentes negativas; como tú que les aplaudes, pero cuando seas bueno el mundo entero te criticará.”
Para cada guerra les dio un arma, no hay guerra sin fusil, sería tiempo perdido.
“Amigo, cuando matas con fusil, no matas la maldad. Cae el cuerpo, y su espíritu va y se mete en otro cuerpo imbécil e ignorante, y se vuelve a manifestar la misma violencia.
Amigo Zapata, amigo Che, tiren el fusil, que el veneno para quemar la maldad es la palabra, el ejemplo de la humildad. El que mata obtiene gloria con los hombres, no con el creador. No les mates el cuerpo sino el espíritu de maldad, con el arma de la sabiduría.
Los malos son como el agua sucia contaminada, no tires el agua, mejor pásala por un filtro, conserva el agua limpia y expulsa la suciedad. No derrames más sangre.
Cuando el creador te dio la máquina, también te dio un manual, léelo bien, practica antes de usarla, porque en esta generación nacieron muchos discapacitados no sólo del físico sino también del entendimiento.
No metas la mano en la parte cortante porque te quedarás manco. No creas que alguien propició tu éxito o tu desgracia. Tu máquina solo tú la has manejado y nadie más, tu te lo has ganado con tus maldiciones o bendiciones.
Cada coraje, negatividad y maldición es como un grano podrido entre el granero de tu vida y eso es contaminación.
Pero cada sonrisa, positividad y bendición es como un grano que brilla en tu granero, y eso es alimentación.
Cuando entras en la cámara del pecado y sales de negro, en vez de blanquearte para aparentar lo contrario, mejor límpiate y no vuelvas a entrar…

CONTINUARÁ

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